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Tú quédate conmigo... yo me encargo de que merezca la pena.

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Me llamo Rita, fui Miss España y ahora vivo del faranduleo. Presento galas, hago publicidad en Instagram que me pagan con champús y ahora me han dado un programita muy mono en la tele.

Mi novio Jaime ya no es mi novio. Le pillé un wasap que decía: Estoy más caliente que el queso de un sanjacobo. Así que le he echado el ojo a un vecino nuevo que es okupa, fontanero y tuno. Además, tengo problemas con las fuerzas del orden, es decir, que me he acostado con un policía, el pobre folla tan mal que ese minuto se me hizo largo, y ahora el tío no me deja en paz.

Hago voluntariado en el hospital. Ahí me siento muy bien, no solo porque la bata blanca me queda fenomenal, sino porque tengo la sensación de que ayudando pinto algo gordo en este mundo, aunque tampoco me lo ponen fácil. Por suerte, tengo una ayudante, una espía: se llama Mariluz, es hábil como un ninja, muy inteligente y usa andador. Mi espía de la tercera edad y yo tenemos un plan que... Bueno, es que es muy largo de contar.

Mejor, lee todo lo que voy a escribir y así te enteras bien.

Tú quédate conmigo...
Ya me encargo yo de que merezca la pena.


«Transparente, dulce, sarcástica y disfrazada de frivolidad, entre las risas (las MUCHÍSIMAS risas), de repente, alguna bofetada que te habla de la vida, te emociona y te sacude los prejuicios. Un tesoro».

—JESSICA GÓMEZ—

De Miss a más sin pasar por Albacete.

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Increíble, lo sé. Yo, Miss Albacete, convertida en Miss España. Para que luego digan que hay tongo. Lo vi difícil desde el principio porque qué hacía yo entre tanta mujer de piernas infinitas, pómulos marcados y delgadas como sílfides. Me ves y piensas que soy una gorda adelgazada. Hay personas respiracionistas, que se alimentan de aire, o las que hacen dieta perpetua. Y luego estamos las gordas adelgazadas.

Ahora tengo la sensación de ser un fraude, pero un fraude con corona al fin y al cabo.

Después del reinado de Miss España (a Albacete no vuelvo) los contratos me perseguían: la tele, las convenciones (sí, hombre, seguro que me has visto en alguna), jolgorios mil, pero yo quise ser monologuista. El batacazo fue terrible, así que tuve que escuchar a mi representante: yo a ti te veo de mocatriz. Sí, claro. Modelo, cantante y actriz.

Y ahí estoy. ¿Se puede ser una mocatriz con un hijo de siete años, un ex en Italia, un ligue apretadito y una madre en Albacete?


«Por unas horas, Beatriz Rico ha conseguido que me ría con ganas, que piense que otro mundo es posible y crea en la literatura como refugio».

—Crítica "Libros en el Petate"—